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Tú vales porque tú decides que es así.

¿Por qué no nos creemos merecedores del éxito? ¿Por qué no nos sentimos bien creyendo que nos merecemos todo lo bueno que nos pasa? Siempre nos han dicho que si lo hacemos somos unos engreídos, unos prepotentes. Pero sabes que es la verdad y no tienes por qué esconderla.

Yo no voy a permitir que nada ni nadie me haga de menos. Estoy muy orgullosa de mi misma, de todo lo que he logrado y de todo lo que voy a lograr.

Si pones toda tu alma en algo que deseas de verdad, algo que te hace feliz, que te permite ser Tú, ¿qué tiene de malo creer en ti mismo?

Si fracasamos, arriba de nuevo y a volver a intentarlo. Mejor dicho, a hacerlo. El miedo no puede paralizarnos, no puede dominarlos.

Los fracasos enseñan. Nos indican por donde ir. No te agobies, sigue adelante. Cambia la forma de hacerlo, pero no la meta.

Hay que creer en uno mismo y no dar crédito a las personas que dicen que no podemos. Ya lo decía Thomas Edison, inventor incansable, con más de mil patentes, autodidacta y hombre de negocios brillante: “Los que dicen que no es posible, no deberían molestar a los que lo están haciendo”.

Lo que sí debemos ser es agradecidos con la vida, con el universo, con los demás. El agradecimiento nos ayuda a ser más amables, más alegres, más felices.

Los sueños nunca duermen, así que no debemos pararnos por nada. Tenemos que luchar, trabajar, esforzarnos, para hacerlos realidad. A veces la motivación nos abandona, tenemos un mal día, estamos bajos de moral. Entonces recurrimos a la disciplina. Hay que ser disciplinados, y no dejar pasar las oportunidades que la vida nos pone al alcance. Seguir dando pasos hacia la meta que nos hemos propuesto y, sin duda, sentirnos orgullosos de nuestros logros por pequeños que sean. Felicitarnos e incluso premiarnos con algo que nos guste nos hará sentir que lo estamos haciendo bien.

Motivados al cien por cien y siempre creyendo en nosotros y en lo que somos capaces de realizar. Porque si crees, puedes hacerlo.

Nunca sabrás hasta donde puedes llegar si no empiezas a hacerlo. Ponte a ello, no dudes. Siempre se aprende y mientras se aprende no se envejece.

¿Crees en ti? Déjame un comentario con tu opinión.

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