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Te presento a Ángeles.

Hoy te voy a presentar a Ángeles. Ella tiene 45 años, está casada, tiene 2 hijos de 8 y 6 años, y trabaja en una tienda como dependienta a jornada completa.

Su marido tiene un trabajo también a jornada completa, lo que les complica un poco conciliar la vida familiar.

Ángeles es muy competente y su jefe está encantado con ella, así que la ha propuesto para un ascenso a encargada de tienda.

Esto es una gran oportunidad para Ángeles, pero también sabe que conlleva más horas de trabajo, más responsabilidades, y cree que su familia, la idea de que pase tanto tiempo fuera, no lo verá muy bien.

Esta situación es muy frecuente en mujeres trabajadoras que renuncian a su desarrollo profesional en favor de su familia. Anteponen el cuidado de los hijos, de la casa, e incluso, de los mayores.

Piensa por un momento que pasaría si el ascenso fuese para el marido. No resultaría tan descabellado aceptarlo. A lo mejor no lo hace, pero sí que lo valoraría, tanto el interesado como el resto de la familia.

¿Entonces por qué Ángeles no quiere ni plantearlo? ¿Por qué se siente culpable sólo por imaginarse cómo sería su vida siendo encargada?

Creo que nosotras mismas nos cortamos las alas, esgrimiendo la excusa de la familia, los niños, la casa… Sin darnos cuenta, descartamos cualquier posibilidad y nos conformamos, descartando el cambio.

Si de verdad estás interesada en prosperar en tu vida profesional, hazlo. Siempre hay soluciones para gestionar tus tareas.

No digo que no tengas que renunciar a algo, seguro que tendrás que hacerlo, pero serás más feliz, más segura de ti misma, y eso tu familia si que lo apreciará. Cuando estés con ellos, estarás al 100% y disfrutaréis mucho de todo ese tiempo que compartiréis.

Si es posible, llevas a los niños al cole y luego que los recoja tu marido, o al revés. Repartiros las tareas de casa y que los peques también participen con pequeñas cosas como hacer su cama (ya sé que tú la haces mejor), recoger la mesa después de cenar, etc.… Ellos se sentirán “mayores” y útiles, aunque alguna vez también protestarán.

Hoy en día casi todo se puede hacer por internet, por ejemplo, la compra del supermercado, que te permite poner la hora que te interesa para que te la lleven a casa. Haz una lista para toda la semana y planifica lo que necesitas para comidas, cenas y desayunos. Evitarás perder tiempo de estar con tu familia.

Piénsalo bien. Busca soluciones. No lo dejes pasar por miedo. Si crees que puedes hacerlo, hazlo. Te mereces ser feliz en todos los aspectos de tu vida. Y no olvides que los niños crecen, que el tiempo pasa, y que hay que vivir el presente.

Tu autoestima es muy importante.

Sentirse plena y realizada es muy importante.

Tú eres muy importante.

Así que no te culpes por querer ser mejor. Tienes el mismo derecho que los demás a mejorar y desear que tu vida sea como tú quieras.

Ángeles lo hizo. Decidió con su marido aceptar y probar por un tiempo. Si no eran capaces lo dejaría.

Pero lo consiguió. Porque cuando deseamos algo con todas las fuerzas, cuando algo nos hace feliz de corazón, construimos puentes para lograrlo. Y ella lo hizo.

No se siente culpable. Sus hijos y su marido están encantados porque cuando están todos juntos ella está feliz.

Y la felicidad se contagia.

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