No, gracias.

No, gracias.

¿Cuántas veces nos hemos sentido mal al decir “no gracias” a alguien de nuestro entorno? ¿Cuántas veces un ser querido nos ha pedido hacer algo que no queríamos, o que nos privaba de tiempo para hacer otra que sí nos gustaba? ¿Cuántas veces decimos que si a alguien sólo por no molestar a quien nos lo pide? En general, buscamos la aprobación de los demás y nos parece que, si no accedemos a todo lo que las personas que nos importan demandan, las perderemos, dejaran de querernos y se apartaran de nosotros. Pero eso no es así. Es necesario para nuestro bienestar decir “basta”. Si aprendemos a poner límites, a decir que no cuando realmente no queremos hacer algo, se nos respetará mucho más.

¿Serías capaz de decir que no a todas las peticiones durante una semana? Inténtalo. Cada vez que alguien te pida que hagas algo, de manera educada, dile “no, gracias”. Si luego cambias de opinión siempre puedes retractarte. Así romperás el hábito de decir si a todo. Sé educado y da siempre las gracias por la oportunidad, que lamentas no poder aceptar. Con este ejercicio conseguirás centrarte en lo que tú realmente quieres. Habrá momentos complicados, en los cuales resultará difícil negarte, pero con la práctica lo lograrás. Te darás cuenta de que las personas que te rodean te respetarán aún más si cabe, porque verán en ti a alguien seguro de si mismo y que sabe lo que quiere. A partir de ahora, solo te pedirán lo que realmente es importante y necesario, no abusaran de tu amabilidad y solidaridad. Tus amigos, tu familia, todos te seguirán queriendo.

Cambiar un hábito por otro es algo que lleva tiempo, que a veces nos costará cumplir, pero no hay que angustiarse. Simplemente hay que hacerlo siempre que tengamos oportunidad, y en un poco de tiempo lo conseguiremos y nos olvidaremos para siempre de las viejas costumbres. ¿Probamos?

Escríbeme y cuéntame como te va. Un saludo.

Comparte esta entrada

Deja un comentario

Suscríbete al boletín

No pierdas ninguna actualización