No es fácil cambiar. Hay que ser muy valiente para hacerlo. Lo más importante es ser consciente de que quieres hacer un cambio en tu vida. Nadie cambia porque otra persona diga que tienes que cambiar. TÚ y nadie más que TU toma la decisión. No es fácil, pero tampoco imposible. Vas a salir de tu zona de confort, te vas a sentir incómodo/a, pero si no te rindes el resultado será increíble. Te sentirás feliz y satisfecho/a con tu vida.
¿Cómo sabemos si necesitamos un cambio en nuestra vida sin esperar a que suceda algo grave que nos impulse a ello? Pues te diré cómo: valorando nuestro estado de ánimo. Hay que ser sinceros y honestos en como nos sentimos. Valora del 1 al 10 como está tu estado de ánimo, siendo uno muy bajo y diez espléndido. Si es seis o menos hay que tomar las riendas y cambiar cosas para conseguir llegar al diez. La diferencia entre tu mejor yo y tu peor yo es ese estado de ánimo y hay que trabajar para conseguir el mejor.
El proceso puede ser doloroso, tendrás que darte permiso para sentir emociones y no reprimirlas ni racionalizarlas, simplemente identificarlas y dejar que fluyan.
Pasemos a la acción. Coge un papel y un bolígrafo. Escribe todo lo que no te gusta de ti o de tu vida, pero separado en dos columnas: lo que depende de ti y lo que no. Seguro que es larga, pero lograrás tachar todo después de trabajar duro.
Ahora haremos otra lista con todas las fortalezas que sabemos que tenemos. Mucha sinceridad, por favor, esta lista es tuya, nadie te va a juzgar ni a criticar. Te parecerán pocas porque todavía no eres consciente de todo lo bueno que posees, pero poco a poco irás añadiendo cosas, ya verás.
Te recomiendo que tengas cerca estas listas siempre. Te servirán para ver tu avance y lo que te queda por conseguir.
Escribir es una terapia buenísima para ser consciente de lo que pensamos y creemos que es lo que, en muchas ocasiones, nos impide llegar a conseguir ese cambio. Por eso, al final del día, dedica unos minutos a repasar todo lo ocurrido y escríbelo. Sólo para ti. Sin miedos. Que pasó, como te hizo sentir, como reaccionaste. Y agradece todo lo bueno que hayas vivido o sentido, las cosas que tienes, la familia, la salud, el trabajo, etc. Escríbelo y verás como te sientes bien, aunque solo sean dos líneas.
Escribir te ayudará a identificar tus emociones, tus pensamientos y sabrás que te hace bien y que te impide avanzar. Al principio parece un poco rollo, pero te aseguro que con el tiempo te resultará sencillo y te aportará mucha claridad. Inténtalo y me cuentas.
Si quieres que te acompañe en el viaje, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Será un honor ayudarte a llegar a explorar lo mejor de ti mismo.
Tu estado de ánimo, tu alegría es tu decisión.