Creo en mí. Y creo en las personas. A pesar de toda esta locura por la que estamos pasando y que tanta angustia y controversia nos produce, yo creo en mí. Había pensado en publicar otro texto, pero pienso que el momento que vivimos merece una reflexión.
Este año, debido a este virus desconocido, hemos tenido que cambiar de golpe casi todas nuestras costumbres, nuestras formas de relacionarnos, nuestra forma de vivir, en definitiva. ¡Cuánta gente se ha encontrado sola de un día para otro! Sola, sin poder abrazar a sus seres queridos, sin poder compartir una comida con sus nietos. Cuanto dolor en todos nosotros pensando en la gente que se ha ido sin nadie que les velase. Cuanto llanto en soledad.
Es duro, no seré yo quien diga lo contrario, pero tenemos que sobreponernos. Si de algo puede presumir el ser humano es de su capacidad de adaptación. Habrá que cambiar formas y maneras de relacionarnos con la familia, con los amigos, con los compañeros. Ser creativos, buscar otras maneras de disfrutar.
Sé que son demasiadas cosas de repente, pero con esfuerzo y constancia lo conseguiremos. Tenemos que cuidarnos, y digo cuidarnos, los unos a los otros, tomar precauciones, ser conscientes de los peligros que corremos, no olvidarnos de nuestros mayores, de nuestros niños, de nuestros amigos.
Necesitamos cariño y atención, aunque tengamos que recurrir a las tecnologías y practicar con las videollamadas. Usémosla para algo bueno.
Si puedes sal a pasear. Por la naturaleza si te es posible. Aprovechemos para leer, para escribir lo que sentimos, incluso para arreglar esa cisterna que lleva meses perdiendo agua. Hay muchos tutoriales en la red que pueden ayudarte.
Ahora más que nunca hay que estar positivos y ser agradecidos.
Poco a poco esto pasará y cuando miremos atrás nos sentiremos orgullosos y nos parecerá increíble la fuerza que sacamos cada uno de nosotros para salir adelante.
Lo superaremos, seguro, con esfuerzo y responsabilidad. Tu puedes. Cree en ti.