Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas de depresión son dos veces más altas en mujeres que en hombres.
En España, un informe del Observatorio de Igualdad y Empleo revela que las mujeres asalariadas tienen un 47% más de probabilidades de sufrir estrés laboral que los hombres.
Uno de los factores del trabajo que más impactan en la salud mental de las mujeres es la carga laboral. Las mujeres suelen asumir una doble jornada laboral, con responsabilidades tanto en el trabajo como en el hogar. ¿Quién controla las citas médicas de los hijos? ¿Quién sabe los horarios de las actividades extraescolares? ¿Quién lleva la lista de la compra en su cabeza? y como estos un montón de ejemplos más.
Las consecuencias de esta carga laboral son:
Estrés. Puede provocar síntomas como fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y problemas para dormir.
Ansiedad. Síntomas como inquietud, nerviosismo, ataques de pánico y palpitaciones aparecen con el aumento de ansiedad.
Depresión. Provoca tristeza, pérdida de interés en las actividades, cambios en el apetito y problemas para dormir.
Burnout. Un estado de agotamiento físico, mental y emocional.
Hay que tomar medidas contra esta carga:
Compartir responsabilidades domésticas y cuidado familiar.
Promover la flexibilidad laboral.
Mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres.
Visibilizar y reconocer el trabajo de las mujeres.
Aliviar la carga laboral es cuestión de justicia social y fundamental para la salud mental de las mujeres y el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Un mensaje para las mujeres:
Es importante que sepamos que no estamos solas.
No tengamos miedo de pedir ayuda. Nuestra salud mental es lo más importante.
Juntas podemos construir un mundo laboral más saludable y justo para nosotras.